Ojalá mañana estés al amanecer,
Aunque sea como una ráfaga de
viento
Que rosa mi boca luego de sorber
Un poco de café.
Si, ese café que prepararé para ti
En las mañana sí estas o
Sí te atreves a quedarte por la noche.
Ojalá mañana estés al medio día,
Aunque sea solo un momento
para que me comentes
Cómo te trata la vida y tomes conmigo un poco whisky,
Ese
que te gusta seco y añejo.
Añejo como los años que estaremos juntos,
Si te atreves a
encontrarme o tan si quiera a buscarme,
Yo seguramente prometo no permitir que
el amor se haga seco,
lo regaría y calentaría todos los días
para que así si se
haga como el whisky bueno.
Ojalá mañana estés al atardecer,
aunque sea como el sereno
que es perfecto
para tomar guarapo con bizcochos del abuelo
meciéndonos en las
sillas del porche pintado de azul.
De ese modo cuando tú seas el abuelo
de los hijos de
nuestros hijos tendrás una hermosa historia
que contarles mientras bebes café y
bizcochos
del abuelo en el porche azul de nuestra acogedora casa.
Ojalá mañana estés por la noche,
aunque solo sea por cuanto
dure
nuestro amor en una noche
de luna llena o menguante.
Pues de ese modo y en ese instante yo,
cariño mío,
entregaría cada suspiro y sueño a ti,
como muestra infinita del deseo,
amor y devoción
que puedo sentir por ti.
Ojalá mañana y siempre estuvieras,
pero sí no estás, sí no
te atreves a buscarme,
sí el miedo o la pereza te atrapan,
sí la vida, como
triste final a esta historia decide no juntarnos,
no encontrarnos, no ponernos
frente a frente en las mañana,
entonces, amor mío entérate que yo firmaré
esta
carta que a ti escribo como…
Por siempre tuya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario