Carta no entregada (I)

Escribirte lo que siento, parese que jamás funciona, me voy dando cuenta que cada día te separas más de mi y con eso yo más del mundo, me he fijado que eres otro intento fallido apara mi lista de intentos inconclusos, rotos y desesperados. Por algún tiempo pensé que ganarías esta extraña competencia que guarda mi corazón por encontrar el afortunado, creo que lo he intentado con todos los medios que tenia posible y aun así sigo fallando.

Está vez me he comprendido que al menos no me he vuelto loca pues he utilizado formas diferentes para dibujar y me ahogue las ilusiones para no lastimarme más de lo que deberías.  Sin embargo sigo soñando con una forma diferente de amar y te sigo incluyendo en ella, aunque tú tengas tus propias maneras de dibujar y mis garabatos no combines con tus líneas perfectas, sigo incluyéndote entre las formas desordenadas de mi cabeza por en ella tu sonrisa perdida sigue encajando como la pieza del rompecabezas que le termina quedando a la perfección y sigo observando la obra acabada aun con los ojos abiertos alucinando con tus formas rosar mis labios y podría tocar el cielo, como eso que se siente con las obras de arte que algún día podrás mostrar al mundo.

Me preguntaba una vez quien de los dos era más indeciso, creo que en eso también hemos perdido un poco los dos y ganado también, creo que hemos empatado en esto términos en lo único en lo que quedamos iguales pues somos un par de indecisos, pero tú hace mucho que has decidido y acertado y yo hace mucho que fallado. Aun así tenía esa suerte de fe en que todo mejoraría, tomaríamos las decisiones que nos uniesen aunque esto no fuese por siempre, supongo debo conformarme con las decisiones que nos van alejando dolorosamente poco a poco. Si supieras que de nuevo en mi mente el giro de esta historia favorecería mis locas y más tontas fantasías.

A veces querido quisiera la fuerza de poder despedirme, de arrojarte a sus brazos por una vez y por todas olvidarme y olvidarte, dejarte en la sana paz en la que te he encontrado y alejarme, pero soy tan egoísta y en esto más que tú, y no puedo quiero arrancarte de ella, que no me olvides y no olvidarte, quitarte la paz que para mí no es sana y acercarme más hasta ser yo lo único que respires porque, por si no lo sabes, eres tú lo único que por algún tiempo he respirado.

Por último deseo, abre los ojos y mírame soy de nuevo la tonta que está sujetando tu mano con las pocas fuerzas que le quedan y que no quiere más que amarte con la locura y cordura de la que carece, te ha hecho dueño de su roto corazón con la única esperanza de que tu apreciases un poco sus heridas y cicatrices, y definitivamente no fueses parte de una nueva herida, abre los ojos y mírame soy de nuevo la tonta que sujeta tu mano para no dejarte caer aunque esté cayendo yo por ti.